En el mundo masehual (indígena) de los nahuas se concibe que la tierra tiene sus propios guardianes los “ameyalmej” “lugar donde nace el agua” son considerados sagrados, los “ostokmej” que significa “cuevas o donde se hunde la tierra” son lugares en donde hay tesoros, semillas y riqueza principalmente y donde las personas hacen pacto con el “amokuali” “el diablo” de entregar su vida a cambio de esa riqueza.
En el “tepeyolo” que significa “corazón del cerro” existen seres sobrenaturales que cuidan los montes y los cerros, estos seres se encuentran en el inframundo y solo aparecen cuando sienten peligro o invasión de su espacio.
Esta es la historia en donde se hizo la aparición de un ser extraño guardián del cerro.
En los años de los 90’s se ampliaba la carretera de Cuetzalan hacia los límites de Veracruz, pasando el pueblo de Yancuitlalpan la carretera comienza a serpentear sobre las faldas del cerro de Caxaltepec, en cierto punto del cerro se tenía conocimiento de la existencia de una cueva, los maquinistas y la maquinaria pesada se empeñaron en quitar cada piedra que hubiera en el tramo del camino.
Cuando estuvieron cerca de la cueva y conforme iban arrasando con la tierra y piedras; las maquinas comenzaban a fallar, pues los maquinistas compusieron una y otra vez el equipo dañado y continuaban trabajando. Un día, a uno de los maquinistas se le apareció un hombre de negro y le pidió que dejara de molestar su espacio, o que daba a cambio para continuar trabajando. No se sabe que ofreció el maquinista, pero la gente dice que ofreció vidas humanas, porque ya estando lista la carretera se suscitó un par de accidentes carreteros en ese tramo donde ya ha cobrado varias vidas humanas.