Como acompañantes de procesos organizativos en el sector en cuestión , nos encontramos siempre en el punto donde la necesidad de obtener recursos económicos a través de la comercialización, enfrenta el que los mercados se encuentran invadidos de impresiones, copias, réplicas expresiones a fin de cuentas del libre mercado, el cual desenfrenadamente llena los pocos espacios de comercio de artesanías. Es un círculo vicioso que impide el que las personas dedicadas a esta actividad, tomen en sus manos las decisiones sobre las políticas públicas que habrán de ordenar las relaciones entre diseñadores, comerciantes y distribuidores.
La piratería y la insuficiente aplicación de leyes sobre los derechos de autor, destruyen las herramientas de promoción de la creación y distribución de los productos culturales locales de casi todos los países del mundo, donde las artesanías se producen y son el sustento de millones de familias.
La necesidad de proteger, fomentar, e invertir en el sector artesanal en nuestro país es inminente, legislar sobre los derechos de quienes producen y viven de esta actividad es tener en todo momento el pulso del interés de las y los productores de artesanías, quienes enfrentan las condiciones adversas de una de las actividades que en el medio rural brinda el complemento a la sobrevivencia al proporcionar la liquidez que tanta falta hace en el campo cuando los excedentes de la producción agrícola son insuficientes.