El buen vivir, la vida buena. Ser capaz de reproducir la existencia durante años, durante siglos. En diferentes lenguas, algunos pueblos originarios lo expresan como una forma de coexistencia con la naturaleza de la que todos formamos parte. Es nuestra madre. De ella venimos. Ser parte significa que es posible la vida de esta junto a la del ser humano.[1]
La cosmovisión y la identidad son dos conceptos básicos para entender el significado del buen vivir. La cosmovisión entendida como la forma propia que tienen las culturas de ver, sentir, percibir y proyectar el mundo, en contraposición de una visión universalista. Se basan en un multiverso, es decir, en muchas verdades. La identidad en este contexto es la tipología cultural, que emerge de una profunda relación con el entorno, el medio, el ambiente con la madre tierra y con el lugar en el que habitamos, de la cual se expresan las relaciones sociales y culturales.[2]
En contraposición a las formas occidentales de explotación de la naturaleza, hasta rebasar los límites que esta impone, mediante el uso desmedido de la tecnología, sus residuos, la producción para la generación de ganancias con base en productos de menor valor, privilegiando el menor precio sobre el valor de un proceso basado en conceptos como lo justo, lo equilibrado, lo armónico, mujer-hombre-naturaleza.
En este
sentido, el tema artesanal como un modo de vida ancestral dinamizado en tiempos
actuales por el mercado, y la creciente necesidad de los pueblos originarios de
sobrevivir en condiciones de pobreza y marginalidad, ante un deterioro de las
formas del buen vivir, que conservan y defienden con esquemas como la producción
de artesanías, inserta en un esquema rural de subsistencia en resistencia,
agobiado por un entorno contrario a esta racionalidad que ha permitido que las
culturas y la naturaleza de nuestros países se conserve a pesar de todo.
[1] Dussel Enrique, El buen vivir de las culturas originarias. El camino del Buen Vivir, legado de las culturas milenarias. (03-19) p. 48.
[2] Ojeda Anguiano Alejandro, El Buen Vivir, El camino del Buen Vivir, legado de las culturas milenarias. (03-19) p. 36.